La regulación de la partería forma parte de la legislación de un país en materia de formación y práctica de la profesión. Para proteger a las mujeres y sus bebés, es importante regular y autorizar debidamente a las parteras, su formación y su práctica profesional. Los mecanismos regulatorios también incluyen una serie de requisitos para la certificación periódica de las competencias profesionales con el fin de demostrar que la persona profesionista cuenta con las técnicas y habilidades necesarias para ejercer la partería de forma segura y conforme a los requisitos nacionales.
La ICM recomienda que la partería sea reconocida como profesión autónoma a nivel mundial, y reconocer al embarazo y el parto como una etapa de la vida en que las familias son quienes toman las principales decisiones. La profesión autónoma de la partería facilita la toma de decisiones informada, de manera que mejore los resultados del parto para la madre y su bebé.
En este capítulo se encuentran los principales documentos de regulación a nivel nacional y además una sección con las recomendaciones internacionales para avanzar en la regulación de la práctica de las parteras profesionales.
La atención proporcionada por parteras contribuye de manera fundamental a la alta calidad de los servicios de salud materno infantiles, de acuerdo a la evidencia obtenida de estudios en diversos escenarios. Las experiencias documentadas a nivel internacional revelan que la introducción de parteras acreditadas, capacitadas, calificadas, motivadas y respetadas que trabajan de manera eficaz con sus colegas de la medicina y de la salud pública se ha asociado a una rápida disminución sostenida en mortalidad materna y neonatal y a una mejora en la calidad de la atención.
Tales hallazgos apoyan la necesidad de un cambio sistémico que pase de la provisión de atención materna y neonatal fragmentada, basada en la identificación y tratamiento de patologías, hacia la provisión universal de atención calificada que incluya cuidados preventivos y solidarios y el tratamiento de patologías cuando se requiera, mediante equipos de trabajo interdisciplinarios y la integración de distintos escenarios comunitarios clínicos. La partería se considera de importancia crucial para dicho enfoque.
La acreditación de planes de estudio de partería en escuelas nuevas o instituciones existentes que deseen incorporar esta oferta educativa es reciente. A diferencia de otras profesiones, la partería en México está en proceso de consolidación, por lo que persiste la falta de reconocimiento explícito en los documentos oficiales y guías para los trámites. Por ello, conocer el contexto actual de la formación e identificar algunas experiencias exitosas es indispensable para comprender y lograr la aplicación del marco legal en materia de educación y salud.
Puede ser de gran ayuda conocer herramientas de abogacía como apoyo en este proceso debido al desconocimiento que existe sobre la formación profesional en partería. Entenderemos por abogacía, aquellas acciones organizadas que puedan ejercer influencia en las políticas públicas, las actitudes sociales o los procesos políticos, favoreciendo los intereses de un grupo que presenta ciertas desventajas sobre otro (en este caso las escuelas de partería frente a otras carreras). La abogacía involucra a diferentes actores sociales interrelacionados e incorpora instrumentos y evidencias internacionales y nacionales que pueden ser adaptadas a las necesidades específicas.