Los profesionales de enfermería tienen una formación académica particularmente adecuada para los crecientes desafíos del siglo XXI, caracterizados por una creciente población de ancianos, enfermedades no transmisibles, múltiples comorbilidades, sistemas de atención médica fragmentados, y, cómo se ve ampliamente en la pandemia de coronavirus, la respuesta crítica al desastre. La preparación educativa de las enfermeras enfatiza la integración de las necesidades de atención de salud física y psicosocial del paciente.