Las personas que toman decisiones deben entender que los sistemas de atención a la maternidad se basan en la cultura y competencias profesionales, no solo en evidencia científica. Cambiar estos sistemas requiere un compromiso integral hacia la intervención médica solo cuando sea necesario (enfoque de partería), la integración de las voces de las mujeres para una atención personalizada y respetuosa, y una perspectiva de salud pública que mejore la atención médica antes, durante y después del embarazo. Es crucial reconocer el impacto a largo plazo y transgeneracional de los eventos durante el embarazo y el parto.