Aproximadamente uno de cada tres recién nacidos en los países de ingresos bajos y medianos recibe alimentación preláctea, y sólo uno de cada dos recién nacidos recibe el pecho dentro de la primera hora de vida. La alimentación preláctea está fuertemente asociada con un retraso en el inicio de la lactancia materna. La falta de leche autoinformada sigue siendo una de las razones más comunes para introducir la fórmula láctea comercial (CMF) y suspender la lactancia materna.